Seis cazadores la arrastran a la mazmorra.
Un monstruo prohibido podría ser su única salida.
Fiadh, de veinte años, pensó que la exaltada Academia de la Orden desbloquearía su magia; en cambio, está atrapada limpiando lo que dejan los nobles que la ven como un juguete.
Cuando un escuadrón de despiadados compañeros de clase decide arrastrarla a la lúgubre mazmorra, Fiadh sacrifica su libertad por sus seres queridos, aun sabiendo que nadie que entre al laberinto regresa ileso... si es que regresa con vida.
En las profundidades de la academia, entre piedras que gotean y trampas letales, aguarda una criatura que solo ha admirado en el libro de monstruos prohibidos que ha estado estudiando para un imponente naga de escamas esmeralda cuyo cuerpo enroscado podría aplastar a un hombre... y cuyos ojos oscuros prometen una ruina diferente.
Enjaulado por un confinamiento de su propia creación, es todo lo que sus torturadores humanos fingen ser: peligroso, poderoso e irresistible. Obligada a un espacio reducido y a un abrazo aplastante, Fiadh debe decidir si confiar en el monstruo al que juró temer o en los hombres que son monstruos y fingen ser humanos. Pero cada aliento que comparte con los Naga despierta la verdad de lo que la Orden intentó borrar de su alma. Si elige al monstruo... su mundo podría nunca volver a ser el mismo. Besos monstruosos, proximidad forzada y un final feliz por ahora les esperan en esta novela corta, rápida y divertida, ambientada en el universo del Dios del Caos. Perfecta para lectores que anhelan un romance de monstruos con la chispa perfecta y un riesgo devastador.
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