Para salvar un reino, debe hechizar a un monstruo.
Trasladada al reino mágico de Avalon, Gwen se encuentra en manos de su oscuro y hermoso soberano: Mordred, el Príncipe de Hierro.
El príncipe ostenta el poder total en Avalon, atrapando a sus rivales en una prisión de cristal encantada. Pero muestra una extraña amabilidad hacia Gwen.
Al no ver otra forma de escapar, Gwen llega a un acuerdo con el enemigo de Mordred. Si consigue romper el cristal, podrá volver a casa.
Gwen se une a la corte de Mordred con un plan para robarle el corazón y destruir su premio.
El deseo surge de inmediato entre ellos. Pero Mordred es un huésped peligroso. A medida que se acercan, su pasión y su ira arden con más fuerza.
Gwen sería tonta si confiara en él.
Y aún más tonta si traicionara su confianza...
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