Cuando un tatuador fija su mirada en mí, me persigue en su moto y me ofrece una propuesta que no puedo rechazar.
Después de malos intentos e innumerables citas, me siento tentada a aceptarlo.
Puede que sea una mala idea, pero es mi única oportunidad de hacer algo loco para variar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario