Trabajo en las rocas, recién separados y varados en Escocia con una tienda de campaña en el maletero.
Ellie ha tocado fondo. Pero cuando descubre un viejo cobertizo para botes con el impresionante telón de fondo de las Tierras Altas de Escocia, sabe lo que tiene que hacer: alquilar el edificio en ruinas y cumplir su sueño de tener su propio restaurante. El único problema es el propietario, que no se muestra nada cooperativo. Elle decide infiltrarse como criada y convencer en secreto al antipático señor del castillo de sus habilidades culinarias.
Kenneth debe regresar a Escocia para deshacerse de su indeseada herencia. Esto resulta más difícil de lo esperado cuando descubre que su padre no sólo le ha legado un castillo, un título nobiliario y un perro lobo irlandés sin adiestrar, sino también las cartas de su difunta madre. Comienza para Kenneth un doloroso viaje a su pasado. Su único rayo de esperanza es la atractiva pero insistente turista Ellie, que llamativamente se cruza a menudo en su camino y aparece constantemente en lugares de lo más inesperados...
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¿Quién hubiera pensado que el invierno en Escocia podría ser tan caliente?
Hacia fuera, la vida de Ava parece perfecta: tiene una carrera estelar, forma parte de una pareja poderosa y un estilo de lo más chic. En realidad, su agencia de diseño de interiores está al borde del colapso: su novio, tan guapo, resulta ser un descarado, y sus trajes de diseño son totalmente inadecuados.
¿Viento y tormentas en Escocia para rediseñar un viejo castillo en Navidad? No, gracias. Para empeorar las cosas, Colin, el Highlander con el que va a trabajar, le deja claro que no está especialmente impresionado por ella ni por su sentido de la moda. Por desgracia, es endiabladamente guapo y no puede dejar que sus hormonas se enloquezcan debajo del muérdago.
Sin embargo, Colin parece ser el único antídoto contra el frío glacial de las Tierras Altas, y quizá incluso contra el frío del corazón de Ava...
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