Venganza (sustantivo): Castigo infligido por un multimillonario arrogante e insufrible, empeñado en hacerte sufrir por un pequeño error de setecientos millones de dólares.
No me arrepiento de nada.
Bueno, quizá me arrepienta de algunas cosas.
En mi defensa, estaba bastante segura de que no me atraparían.
Y en mi defensa, no tenía forma de saber que «el incidente» se haría viral.
Pero el multimillonario más famoso de Toronto no es precisamente conocido por su generosidad ni su espíritu comprensivo, y no quiere oír mis excusas.
No cuando mi pequeño ardid público le costó la mayor inversión de su carrera.
Lo que sí quiere es una venganza fría y dura.
Y así es como me encuentro acorralada, obligada a pactar con el diablo gruñón de ojos verdes.
No tengo más remedio que estar a su entera disposición las 24 horas del día, sucumbiendo a todos sus caprichos mandones.
Pero a medida que sus exigencias — y la tensión abrasadora— se vuelven cada vez más insoportables, no puedo evitar contraatacar.
Sin embargo, Adrien Cloutier no es un hombre con el que se pueda jugar.
Y como dice el dicho, «las chicas malas merecen ser castigadas».
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